SECCIÓN IV
EL JARDÍN DE MONET EN GIVERNY. MÁS ALLÁ DEL IMPRESIONISMO
En 1883 el pintor se instaló en Giverny. En 1890 se hizo dueño de la propiedad y desde entonces ya no se alejó del valle del Sena. Al haber mejorado su situación económica pudo dedicarse casi en exclusiva durante veinte años a acondicionar la casa, y sobre todo a diseñar el jardín. Esta nueva estabilidad le permitió explorar el entorno y afinar su vista y su estudio de la naturaleza pintando todos los aspectos de las plantas y flores que lo rodeaban. La figura humana fue desapareciendo progresivamente de su obra, cuyo único asunto acabaron siendo los iris, los hemerocallis, los agapantos y sobre todo los nenúfares, al tiempo que adoptaba como tema predilecto su jardín acuático.
Al final de su vida, Monet vivía rodeado por sus creaciones, a caballo entre su estudio y su jardín. Las obras aquí expuestas proceden de su domicilio y constituyen, por su excepcionalidad y sus dimensiones, un conjunto único en el mundo.

Claude Monet (1840-1926)
Los hemerocallis, hacia 1914-1917
Óleo sobre lienzo, 150×140,5 cm
París, Musée Marmottan Monet, legado Michel Monet, 1966
Inv. 5097
© Musée Marmottan Monet, Paris

Claude Monet (1840-1926)
Iris, hacia 1924-1925
Óleo sobre lienzo, 105x73 cm
París, Musée Marmottan Monet, legado Michel Monet, 1966
Inv. 5076
© Musée Marmottan Monet, Paris