SECCIÓN V
LAS GRANDES DECORACIONES
Desde 1914 hasta su muerte, en 1926, Monet representó su jardín acuático de Giverny en ciento veinticinco paneles de gran formato de los que regaló una selección a Francia (lo que se conoce actualmente como los Nenúfares de la Orangerie). Estas pinturas monumentales, pintadas directamente en el estudio, llevan a su paroxismo las investigaciones iniciadas ya con los Nenúfares de 1903 y 1907.
Al representar un fragmento de su estanque en formatos muy grandes, Monet no solo prescinde de cualquier perspectiva y referencia espacial, sino que también propone sumergir al espectador en una extensión de agua convertida en espejo: nubes y ramas de sauces se reflejan en la superficie del estanque en la que ya no se distingue entre arriba y abajo. Estos paisajes sin principio ni final invitan a una experiencia contemplativa en la que basta con representar una flor, un detalle de la naturaleza, para sugerir su inmensidad.

Claude Monet (1840-1926)
Nenúfares, hacia 1916-1919
Óleo sobre lienzo, 130x152 cm
París, Musée Marmottan Monet, legado Michel Monet, 1966
Inv. 5098
© Musée Marmottan Monet, Paris

Claude Monet (1840-1926)
Londres, el Parlamento, reflejos en el Támesis, 1905
Óleo sobre lienzo, 81,5×92 cm
París, Musée Marmottan Monet, legado Michel Monet, 1966
Inv. 5007
© Musée Marmottan Monet, Paris